Del titulo del Blog
Es evidente que algo anda mal con el ser humano… no hace falta que exponga esa conocida lista de calamidades que ocurren a diario. Solo mirándonos a nosotros mismo podemos ver que no somos como deseamos ser. El trato con los que nos rodean, la forma que hacemos las cosas, nuestra relación con Dios, etc. Si sumamos todos esos errores y los multiplicamos por la cantidad de personas que hay en el mundo entenderemos porque estamos como estamos.
Ahora, hay una parte de esta sociedad que hace ofrecimientos día a día: ideologías, entretenimientos, seguridad, novedades tecnológicas, placeres, dinero y otra interminable lista. Surgen estos ofrecimientos de demandas de todas las personas buscando saciar una sed inagotable de su alma.
Para los que hemos encontrado la fuente inagotable (Juan 6:35: Jesús les dijo: -Yo soy el pan de vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; quien cree en mí, nunca tendrá sed) estos ofrecimientos nos resultan insuficientes, y sus promesas de felicidad como engaños. Y vivir sumidos en todo esto nos produce un rechazo hacia este mundo (no el planeta tierra ni a sus habitantes a los cuales amamos, sino a su forma de vida).
Ahora, hay una parte de esta sociedad que hace ofrecimientos día a día: ideologías, entretenimientos, seguridad, novedades tecnológicas, placeres, dinero y otra interminable lista. Surgen estos ofrecimientos de demandas de todas las personas buscando saciar una sed inagotable de su alma.
Para los que hemos encontrado la fuente inagotable (Juan 6:35: Jesús les dijo: -Yo soy el pan de vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; quien cree en mí, nunca tendrá sed) estos ofrecimientos nos resultan insuficientes, y sus promesas de felicidad como engaños. Y vivir sumidos en todo esto nos produce un rechazo hacia este mundo (no el planeta tierra ni a sus habitantes a los cuales amamos, sino a su forma de vida).
Es como si estuvieramos de camino en el desierto y nos ofrecieran el arena. Es muy bonita el arena, pero queremos a su Creador.
Somos, pues, los cristianos nacidos de nuevo por medio de la obra de Dios, extranjeros y peregrinos.
Estoy de paso por este mundo, pero mi ciudadanía está en el cielo y de allí espero fervientemente que venga el Señor Jesucristo mi salvador.
SOLI DEO GLORIA
Estoy de paso por este mundo, pero mi ciudadanía está en el cielo y de allí espero fervientemente que venga el Señor Jesucristo mi salvador.
SOLI DEO GLORIA
NOTA
Sin embargo, muchos de estos ofrecimientos de la sociedad no son malos en si mismos. Sino que el tratar de encontrar en ellos la satisfacción del alma es errar. Hay que disfrutar de estos ofrecimientos de la manera que Dios nos muestra en la Biblia.
Saludos!
ResponderBorrarMuchas gracias por tus comentarios y ahora que miro tu blog te felicito por adentrarte a esta aventura de escribir y más aún por hacerlo dando la gloria a Aquél que la merece. Y al igual que tu me identifico con la condición de que vivimos como extranjeros y peregrinos pero gozando de nuestra ciudadanía que tenemos en los cielos!