El camino a mi trabajo lo hago por avenidas. Esas avenidas estan cruzadas por calles y alguanas otras avenidas. En algunos de esos cruces hay semáforos. Ahora, un par de esos semáforos los considero innecesarios, pues estan ubicados en calles con muy poco transito. En especial hay uno que lo considero absurdo, pues esta puesto en una calle que solo corta de un lado a la avenida. Debo admitir que la mayoría de las veces lo ignoro. Cruzo como si fuera una calle más.
Por otro lado, conociendo lo que Dios nos dice y nos manda ¿Lo evitamos porque lo consideramos absurdo o innecesario? Miremos estos versículos para auto examinarnos:
Flp 2:3 No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo. Flp 2:4 Que cada uno no busque sólo su propio bien, sino el de los demás.
Efe 4:2 Sean siempre humildes, amables, tengan paciencia, sopórtense con amor unos a otros.
Efe 4:25 Así que dejen las mentiras y digan siempre la verdad porque todos formamos parte del mismo cuerpo.
Efe 4:29 No digan malas palabras, sino palabras que ayuden y animen a los demás para que lo que hablen le haga bien a quien los escuche.
Efe 4:31 Saquen de su vida la amargura, el enojo, los insultos, los gritos y toda clase de maldad.
Efe 5:3 Ustedes son el pueblo santo de Dios; por lo tanto, entre ustedes no debe existir la inmoralidad sexual ni ningún otro exceso.
Efe 5:4 Tampoco digan groserías, tonterías ni hagan bromas vulgares. Mejor alaben y den gracias a Dios.
Luc 14:12 Entonces Jesús dijo al fariseo que lo había invitado: -Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites sólo a tus amigos, tus hermanos, tus familiares o tus vecinos ricos. En otra ocasión ellos te devolverán la invitación, y esa será tu recompensa.
Luc 14:13 En lugar de eso, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos.
Luc 14:14 Qué bendición para ti que ellos no tengan cómo pagarte, porque recibirás tu pago cuando llegue la resurrección del pueblo de Dios.
Mat 5:44 Pero ahora yo les digo que amen a sus enemigos y pidan en sus oraciones por los que los persiguen.
1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
2 Yo soy Yahveh tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Yahveh tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
7 No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano; porque no dará por inocente Yahveh al que tomare su nombre en vano.
8 Acuérdate del día del sábado para santificarlo
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10 mas el séptimo día es reposo para Yahveh tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Yahveh los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yahveh bendijo el día de reposo y lo santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Yahveh tu Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.